Mosca del olivo o Bactrocera oleae
¿Qué es la mosca del olivo?
La mosca del olivo (Bactrocera oleae) es una de las plagas más comunes y destructivas del olivo. Este insecto, también conocido como mosca del aceite de oliva, se alimenta de la pulpa de las aceitunas, lo que provoca daños significativos tanto en la calidad del aceite como en la producción de aceitunas de mesa. La Bactrocera oleae es especialmente dañina porque, además de las perforaciones en los frutos, favorece la entrada de hongos y bacterias, que pueden causar aún más deterioro.
Distribución geográfica
La mosca del olivo se encuentra principalmente en las zonas mediterráneas, pero también se puede localizar en otras regiones de clima cálido y templado.
En España, es una de las plagas más prevalentes en las zonas productoras de aceite de oliva, como Andalucía, Extremadura, y Castilla-La Mancha. La mosca afecta principalmente a los olivos, pero también puede atacar a otros cultivos de frutos como el almendro y el fresno en menor medida.
Síntomas y daños causados
La principal señal de infestación por Bactrocera oleae es la presencia de aceituna picada, perforaciones que permiten a las hembras depositar los huevos. Al eclosionar las larvas se alimentan de la pulpa de la aceituna, lo que provoca un agujero visible y una pérdida de calidad del fruto.
Las aceitunas infestadas generan aceites de peor calidad, con un sabor más amargo o rancio. Además, los daños causados favorecen la entrada de hongos y bacterias, que aceleran la descomposición de los frutos y en infestaciones severas, tiene lugar una caída prematura de las aceitunas, lo que reduce la cantidad total de la cosecha.
El ciclo biológico de la mosca del olivo tiene lugar principalmente en primavera y verano, repitiéndose varias veces. La hembra adulta, posee un oviscapo alargado que utiliza para perforar la piel de la aceituna y realizar la puesto de los huevos sobre la aceituna madura. Por su parte, el macho carece de esta estructura y es más pequeño. Al eclosionar los huevos las larvas penetran en el interior de la aceituna, causando daños visibles y disminuyendo la calidad del fruto. Después de completar su desarrollo, se convierten en pupas para dar lugar a las formas adultas que iniciaran un nuevo ciclo de reproducción.
Huevo:
El huevo de Bactrocera oleae es muy pequeño, midiendo entre 0,7 y 1,2 mm. Presenta un color blanco lechoso o traslúcido y tiene una forma alargada, ligeramente curvada. Esta fase embrionaria dura entre 2 y 4 días, dependiendo de las condiciones climáticas.
Larva:
La larva de la mosca del olivo es de color blanco cremoso y presenta un tamaño de entre 6 y 8 mm. Las larvas se alimentan de la pulpa de la aceituna, para ello cavan galerías que deterioran la aceituna tanto directa como indirectamente, al facilitar infecciones secundarias por hongos.
Adulto:
La forma adulta de Bactrocera oleae es una pequeña mosca de unos 4 o 5 mm. Presenta una cabeza amarilla con ojos verdes, mientras que el tórax es grisáceo con manchas oscuras. La mosca del olivo se caracteriza por la presencia de una placa amarillenta en el dorso. Las alas son transparentes, con una distintiva mancha oscura en el margen anterior.
¿Cómo afecta la mosca del olivo a los cultivos?
La mosca del olivo (Bactrocera oleae) perfora las aceitunas para depositar sus huevos, lo que debilita el fruto y favorece la entrada de hongos y bacterias, reduciendo drásticamente la calidad del aceite e impidiendo la comercialización del fruto.
¿Cuáles son los métodos más efectivos para controlar la mosca del olivo?
El control de la mosca del olivo requiere un enfoque integral que combine métodos preventivos, biológicos, y químicos. Para garantizar un correcto control de la plaga se debe combinar el uso de métodos culturales como la recogida de las aceitunas caídas o una poda adecuada. Junto al uso de la tecnología de atracción y muerte, tratamientos químicos o el uso de enemigos naturales.
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