Bodegas Nodus es una de las bodegas más jóvenes pertenecientes a la Denominación de Origen Utiel-Requena, pero a lo largo de sus casi 30 años de historia su recorrido ha ido siempre en ascenso. Lo que empezó siendo una afición para Don Adolfo de las Heras Marín, su hijo Adolfo de las Heras Polo y su familia lo han convertido en un proyecto consolidado que cada añada asciende un peldaño de calidad con el objetivo de elaborar vinos ecológicos más premium.
Como el propio nombre de la marca indica, Nodus (unión), el lema de la Bodega es el vínculo. Unir la tradición con la modernidad, la producción ecológica con la tecnología, fusionar variedades, la unión de sostenibilidad y enología, de campo y turismo, unir paisaje con vino y compartirlo con cuantas más personas mejor a través de sus excelentes vinos y un ambicioso proyecto de enoturismo sostenible.
Hemos conversado con Adolfo de las Heras, director general de Bodegas Nodus, sobre su actividad viticultora y el paisaje en el que se desarrolla.
Si algo destacaría de nuestro paisaje son las ocho encinas centenarias que se han convertido en sello del que nos sentimos muy orgullosos, por su belleza y por su majestuosidad. Son seña de identidad de Nodus y las mantenemos cuidadas para que sigan siendo fuente de biodiversidad, dándonos sombra y cobijo junto al viñedo. Su presencia nos hace recordar que debemos seguir protegiendo el paisaje. Queremos que nuestros hijos y nuestros nietos puedan seguir disfrutando de estos verdaderos árboles monumentales.
Algo que consideramos muy importante es que todas nuestras parcelas están rodeadas de bosque, lo que hace que una parcela de otra esté aislada. Esto es interesante a la hora de contener plagas, enfermedades y al aplicar tratamientos. Cada parcela funciona independiente y eso nos permite que unas parcelas maduren antes, otras después. Tras tantos años, ya sabemos dónde nos tenemos que dirigir para elaborar cada vino.
La parte norte es la más alta de la finca a 800 metros sobre el nivel del mar, eso protege la finca de los vientos fríos. La orientación Este-Oeste hace que las viñas estén recibiendo el sol todo el día.
El invierno aquí es muy duro, pero sobre todo cuando hay más peligro es si viene alguna helada en primavera que pueden estropear el viñedo cuando ya está la brotación hecha.
El 40% de nuestra producción es Bobal, contamos con cepas de 40 años de antigüedad, y luego cultivamos en menor cantidad otras variedades como Tempranillo, Macabeo, Chardonnay, Cabernet Sauvignon, Merlot o Shiraz. Todos nuestros vinos son ecológicos desde 2017.
Aplicamos la confusión sexual des de hace tres años, porque los tratamientos anteriores eran muy agresivos. Íbamos buscando soluciones para el control de polilla que en nuestra zona se da bastante, sobre todo en la Bobal que es una variedad más tardía. Esta pasada campaña ha sido la primera en la que hemos aplicado el sistema de feromonas en aerosol Puffer® en nuestros viñedos. El resultado ha sido muy positivo. Este año no ha sido un año especialmente conflictivo en polilla, ha sido muy seco. Sí que hemos tenido algunas parcelas con más incidencia, pero la hemos controlado muy bien con Puffer® y la apuesta es seguir contando con este sistema de biocontrol de Suterra® para
proteger nuestras parcelas. Además de ser altamente efectivo, su instalación es
muy sencilla. Solo necesitamos colocar dos Puffer® y medio por hectárea, lo que supone una menor inversión en mano de obra y en tiempo
El proceso de la certificación 'Sustainable Wineries for Climate Protection' nos ayudó a marcar las pautas de lo que tenemos que hacer para ser más sostenibles. Por ejemplo, hemos hecho una depuradora de filtro verde y así todas las aguas que generamos en bodega las podemos reutilizar en el campo. También hemos apostado por las placas solares, pero hay que hacer más cosas. Ahí entra Suterra® y el biocontrol con feromonas. Emplear Puffer® es una manera de respetar la biodiversidad porque vamos a ser más selectivos, solo afecta a la plaga que queremos controlar, en este caso la polilla del racimo.
También tenemos la certificación de turismo sostenible que otorga el Ministerio de Turismo. El enoturismo de por sí ha de ser sostenible y estas certificaciones nos impulsan a ser más respetuosos e ir adaptando nuestro trabajo para cumplir estas especificaciones. Es un esfuerzo más para todo el equipo de la bodega pero estamos convencidos. Y también queremos compartir estas ideas con los clientes que vienen a visitarnos tanto a la bodega como al Hotel Entreviñas, queremos que sean conscientes de la importancia de cuidar el entorno y hacer que cada vez sea más sostenible.
Hay un tema importante, tenemos que colaborar con nuestro entorno y con nuestra zona. Tenemos que intentar tener un producto de Km 0, ofrecer trabajo en nuestro territorio, para que se enriquezca y pueda ir a más. Y entre esas cosas hay que cuidar nuestro paisaje. Porque es lo que va a quedar y no es que sea sólo para nosotros, es que nuestra obligación es transmitirlo a las siguientes generaciones. Tenemos ocho encinas centenarias, si no las respetamos ¿quién va a ver encinas centenarias dentro de 100 años? Tenemos que intentar ser guardianes de ese paisaje y que pueda disfrutarlo mucha gente. Las encinas están en mi propiedad, pero no son mías. Yo soy sólo un guardián de ese paisaje. No creo que tenga propiedad sobre eso.
+ info
https://www.suterra.com/es/guardianes-del-paisaje
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